Debido a las limitaciones de aforo con motivo de la pandemia, a la consagración asistirán los miembros de grupos de pastoral que sostienen el apostolado de la parroquia y representantes de instituciones religiosas, civiles, académicas y empresariales vinculadas al nuevo templo diocesano.
El Complejo Parroquial, ubicado en Olivar de Quintos (Dos Hermanas), se ha edificado en dos fases. La primera fase, con una superficie de 1.472 m², comprende los salones y las viviendas parroquiales. La segunda fase tiene una superficie total de 1.233 metros cuadrados, que comprende, entre otros espacios, la asamblea de fieles, con capacidad para 450 feligreses, el presbiterio, la capilla del Sagrario, la Sacristía, el Columbario y zonas de circulación y almacenamiento.
Este proyecto ha sido redactado por los arquitectos Rafael López García, Daniel Conesa López y Gabriel Ávalos Murillo, que también han llevado la dirección de las obras. La dirección de ejecución ha sido llevada a cabo por el arquitecto técnico Juan Antonio Mir Daniel. La obra ha sido ejecutada por la empresa constructora Acsa Sorigüe. El Complejo Parroquial ha tardado en construirse casi cuatro años, desde que mons. Juan José Asenjo colocara la primera piedra en el año 2016.
Esta edificación ha tenido un presupuesto de ejecución material cifrado en 1.671.282 euros. Concretamente, en esta segunda fase, se han invertido 930.386 euros, recursos provenientes de la financiación conjunta por parte de la Archidiócesis de Sevilla y el aporte de la feligresía mediante el importe en cuotas parroquiales.
Un templo para San Juan Pablo II
Cabe recordar que, desde que se erigiera la Parroquia de San Juan Pablo II en 2011 –cuyo título fue modificado en 2014 tras la canonización del hasta entonces beato-, las primeras misas dominicales se celebraron durante algunos años en el salón de actos del colegio San Alberto Magno, haciéndose cargo de ella el párroco, para ese momento, de Nuestra Señora de los Ángeles y San José de Calasanz de Montequinto, D. Francisco José Blanc Castán.
A partir de septiembre de 2014, mons. Juan José Asenjo designó como párroco de San Juan Pablo II a D. Adrián Ríos Bailón, quien compagina esta labor con la delegación de Medios de Comunicación de la Archidiócesis de Sevilla.
En la construcción del templo ha contribuido como principal benefactor la Fundación Santo Súbito, a través de un convenio de colaboración firmado con la Archidiócesis. Dicha fundación tiene por objetivo promover la vida y obra de San Juan Pablo II a través de acciones de formación y ayudas a la Iglesia diocesana.
Perspectiva catequética del templo
Todo el conjunto del templo San Juan Pablo II es una alegoría de la pesca milagrosa (Jn. 21) en clara alusión a la evangelización como tarea principal de la Iglesia. La primera referencia a esta escena evangélica se encuentra en la gran celosía de cerámica vidriada que sugiere la red echada al mar del territorio parroquial que acoge una creciente feligresía de más de 22.000 personas.
Seguidamente, para acceder al templo, es necesario pasar bajo una cristalera de 16 metros de ancho y 5,50 metros de alto que contiene a su vez una hermosa vidriera que simboliza tres escenas del referido Evangelio: El mandato de Jesús: “Echad las redes a la derecha y encontrareis” (v.6a); la obediencia a la Palabra del Señor: “La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.” (v. 6b) y el diálogo entre Jesús y Pedro en la sobremesa (vv. 15-19), lo que resume, por tanto, tres fundamentos de la fe: La escucha de la Palabra de Dios, la evangelización como obediencia y la eucaristía como fuente del Amor.
Una vez en el templo, el mismo techo es un artesonado de madera, compuesto de vigas longitudinales y transversales que forman una cuadrícula, que de nuevo es una referencia a las redes de pesca.
Flanqueando las puertas de acceso, el feligrés encontrará dos confesionarios donde los sacerdotes administrarán el Sacramento de la Reconciliación, que, por clara alusión a la conversión, remite directamente al Bautismo
Pila bautismal
La pila bautismal, labrada de una misma pieza marmórea, simboliza la fuente de agua viva en la que se nace a la Vida Nueva por el Bautismo como primera celebración sacramental dentro del Itinerario de Iniciación Cristiana.
Este segundo nacimiento convierte a la Iglesia en Madre, que acoge a sus hijos de adopción en su seno y los alumbra con la luz de Cristo Resucitado, simbolizado en el Cirio pascual que permanece junto a la pila bautismal.
El Bautismo es el inicio del camino de santidad de todo cristiano. Esta llamada universal a la santidad en el templo está representada en el ángel del relieve en bronce de San Juan Pablo II, modelado por Elena Pilar Palomino, ubicado sobre la pila bautismal, donde se representa a todos los sevillanos que este pontífice elevó a los altares: San Juan Grande, Santa Ángela de la Cruz, San Manuel González, Beato Marcelo Spínola y la Beata Victoria Díez, teresiana mártir de la Guerra Civil en Hornachuelos.
De todos estos sevillanos han sido concedidas reliquias que pueden ser veneradas en el frontal del altar mayor de la parroquia.
Presbiterio
La zona del presbiterio donde se ubica la sede, la pila bautismal y el coro tiene una iluminación suficiente gracias a la superficie acristalada ubicada en la parte superior, además de dos vidrieras laterales de grandes dimensiones que aportan luz natural al interior del templo.
El Cristo de la Veracruz se sitúa en el centro, cuyo madero está fijado sobre un pedestal exento delante de la pared curva revestida con mármol blanco de 5 metros de ancho y 7 metros de altura.
A la imagen del crucificado, de inspiración clásica, se le atribuye un semblante sereno. El escultor Alberto Pérez Rojas comenzó a trabajar en sus primeros bocetos hace tres años aproximadamente. Realizado en madera de cedro y policromada al óleo bajo las técnicas tradicionales de la imaginería barroca española, mide un metro 95 centímetros; las potencias fueron labradas por el orfebre Jesús Domínguez.
El Cristo fue donado por la Confraternidad de Hermandades y Cofradías de la Vera Cruz y bendecido por el Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo el domingo 30 de septiembre de 2018 en la Catedral hispalense.
Capilla del Sagrario
Con una capacidad aproximada para 100 personas, la Parroquia San Juan Pablo II dispone de la Capilla sacramental, en una nave lateral contigua al templo principal, que persigue una intimidad y recogimiento para los fieles que acudan diariamente a adorar a Jesús en el Sagrario. Se trata de dos espacios diferenciados pero que están unidos e integrados con todo el edificio.
El techo es una bóveda de cañón rebajada que cubre todo el espacio. La iluminación accede a través de unas ventanas en forma de arco ubicadas en la fachada oeste y unas troneras cuadradas en el lateral norte.
La pared sur que comunica con el templo es un frente compuesto de una columnata de pilastras de madera y cierres de cristal, que decoran, iluminan y la hacen visible desde la asamblea de fieles.
La Capilla del Sagrario es un precioso lugar de mucha unción y armonía donde se tiene previsto celebrar las misas diarias con menor aforo.
Viacrucis
Los muros del templo albergan un magnífico Viacrucis ejecutado con los bocetos en papel de más de dos metros de altura que Antonio Agudo hizo para la obra definitiva que se puede apreciar en la Basílica de Jesús del Gran Poder, escenas de la Pasión que apuntan al Cristo del ábside situado en el altar mayor.