“Veo con una claridad meridiana la importancia de vivir el hoy”
“He disfrutado de unos padres que han sido una auténtica maravilla”. Con esta frase Antonio inicia la descripción de su vida familiar sobre la que Dios ha “sobreabundado”. “De mi mujer puedo decir que no he visto mayor generosidad y entrega en otra persona”. Es el dichoso progenitor de diez hijos y, en pocas semanas llegará al mundo Paula, su décima nieta. Recuerda con gratitud que la sencillez de la vida en el campo forjó en él un carácter de entera disposición y servicio, “a Dios y a los hombres”.
Entre infinidad de regalos, Antonio agradece a sus padres haberle inculcado amor y profunda devoción a la Virgen María en la advocación de la Consolación de Utrera, veneración que le ha acompañado a lo largo de sus 67 años de vida y que le ha permitido sobreponerse a varias dificultades de salud. Confiesa que “a través del ofrecimiento de las obras” dispone las 24 horas de su día, “en agradar al Señor”. La Santa Misa, el rezo del Rosario y la oración permanente hacen que su vida sea una ofrenda a Dios. “Estar muy pendiente de Dios se traduce lógicamente en estar muy pendiente de los demás”.
Antonio siente debilidad por la poesía, sensibilidad que ha profundizado desde el nacimiento de sus primeros hijos hace 40 años atrás. “Estar siempre rodeado de niños me ha hecho escribir y componer canciones para el Niño Jesús”.
Su pertenencia a la Prelatura del Opus Dei se ha convertido en otro motivo de acción de gracias en su vida, pues como diría Josémaría Escrivá de Balaguer, “no podemos perder de vista las cosas pequeñas en las que es necesario morir un poco cada día, sacrificándonos en nuestros gustos como ofrenda, viviendo con santidad en la vida corriente en la aceptación gozosa de la voluntad de Dios”. Los problemas de salud que padece y las nuevas oportunidades que le ha concedido el Señor para permanecer presente físicamente al lado de sus seres queridos le permiten ver “con una claridad meridiana que lo importante es vivir el hoy, olvidándote del ayer que pasó y del mañana que no sabemos, sin temer miedo, como diría el titular de nuestra Parroquia San Juan Pablo II”.
Antonio Boza
1952 (Sevilla)
Feligrés de la Parroquia San Juan Pablo II y padre de 10 hijos.