Refirió que toda la feligresía está implicada en la misión, indistintamente del servicio que preste.
“Todos somos misión, desde los misioneros que están tocando las puertas, hasta el que permanece rezando e intercediendo frente al Santísimo Sacramento, todos podemos ser misioneros”.
Durante la Eucaristía se bendijo y se impuso un crucifico a cada misionero que anunciará el kerigma durante las dos semanas que dure la I Misión Intensiva Parroquial, jornada de evangelización que coincide además con el Mes Misionero Extraordinario convocado por el papa Francisco bajo el lema: “Bautizados y enviados, la Iglesia de Cristo de misión en el mundo”.
Nuestra parroquia San Juan Pablo II, en consonancia y comunión con la Iglesia Universal ha asumido el compromiso de reavivar la conciencia misionera con un nuevo impulso y responsabilidad de proclamar el Evangelio a todos los alejados.
“Es necesario ser misioneros en medio de la vida cotidiana, nuestra fe siempre será insuficiente, estará necesitada de más, esta nueva experiencia en nuestra parroquia es obra de la gracia de Dios, todos somos enviados a sembrar”, reflexionó D. Adrián Ríos durante la celebración eucarística.
